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martes, 28 de septiembre de 2010
Con el tiempo la humanidad se ha hecho dos preguntas recurrentemente, la primera y ya mencionada en otro articulo es ¿TODOS LOS HOMBRES SON IGUALES?, ahí esta la respuesta, léase en RINDO CULTO... ¡FELIZ DÍA!.
La segunda que es la que hoy me interesa es una pregunta que los hombres y las mujeres vienen haciéndose desde hace muchisisísimos años...
¿QUIEN ENTIENDE A LAS MUJERES? , y digo hombres y mujeres porque mis queridísimos y amados machos, nosotras tampoco sabemos la respuesta.
Cuando estamos pequeñas queremos disfrazarnos de princesas, somos las consentidas de la familia, "a mi nena nadie me la toca". Crecemos pensando que a pesar de ser las intocables vamos a demostrarle al mundo que podemos con todo, que podemos usar toallas higiénicas aunque no nos sepamos lavar bien los dientes, que podemos ser femeninas aunque nos defendamos de nuestros primos con puños y patadas, que podemos tener amigas aunque se acuesten con nuestros ex novios, que podemos superar los resabios del desamor porque el príncipe azul llegará en su caballo a recogernos y salvará a su princesita.
Pero resulta que no, que no podemos con todo.
Queremos disfrazarnos de Ariel, Bella, Blanca nieves y todo el resto de princesas pero no porque sean princesas, sino porque son las protagonistas. Porque nos criaron pensando que nuestro principe azul se va a morir de amor por nosotros y resulta que en los cuentos la cuasi muerta es la princesa y no el príncipe. Y no podemos con eso.
Tardamos mucho en darnos cuenta que nuestros papás se equivocaron, de hecho podríamos pasar toda la vida esperando un muerto de amor en nuestras vidas y hasta ahora no hay ningún finado cuya causa haya sido al arma letal clavada en su corazón, con agonía profunda, experiencias sexuales inolvidables, besos inquisidores o desamor de una bella princesa.
No podemos no ser las protagonistas, no soportamos ir de la mano del novio y que este en un acto desvergonzado y frentero le mire el trasero a otra, y a la que ya sabíamos que iba a mirar, porque los conocemos y porque la vieja es una re mamacita.
¿Que?, ¿le gustó?. Pues vaya, váyase con ella no sea descarado, hágalo pero que yo no me de cuenta.
Y si lo hace disimuladamente nosotros también lo sentimos porque aunque no miren, miran y aunque no lo digan, lo sabemos. Tenemos un sexto sentido Y nos hace mal saber las cosas, no podemos aceptarlo, porque todavía pensamos que si existimos nosotras, no es posible que exista en este cuento de fantasía otra protagonista, ni siquiera por un segundo.

El príncipe no se mueren de amor, nadie lo hace, eso no existe, me lo han dicho mis amigas una y mil veces. Tal vez en el fondo escribo esto para convencerme, porque la realidad ha mostrado que ellas no sufren y yo sí.
Esta princesa tampoco se muere de amor, nadie lo hace,eso no existe, se los he dicho a mis amigas una y mil veces. Tal vez escribo para convencerlas, porque la realidad ha demostrado que solo me muero a ratos para que el príncipe me bese.

Sea como sea nuestro príncipe es el que se muere y no se muere, nuestros tacones son los que suenan y los que en silencio nos hacen volar. Nos desmayamos frente a los que nos regalan flores y después los botamos porque nos regalan flores. De pronto de las protagonistas queremos ser caperucita roja solo para que nos coma el lobo. Y la causa de nuestros altibajos no es que tengamos la regla, el problema es que ya se fué o que llegará.
Sería mas fácil la cosa si no nos friegan la cabeza, si nos podemos portar mal sin sentir que no se debe porque somos las niñas de la casa, si no esperamos al hombre ideal y aceptamos que el kent es asqueroso, si utilizamos el sexto sentido para lograr sentimientos agradables y no sorpresas que nos entierren en la desesperación.
Sería todo mejor si no nos toca sentarnos en el inodoro mojado, sería todo mejor si nos mostramos ante los demás y ante nosotras mismas como somos, soñadoras, etéreas, impredecibles y muchas veces contradictorias y así ¿QUIEN ENTIENDE A LAS MUJERES?

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